El proyecto llevado a cabo por el IVM y consolidado a lo largo de
catorce años, gestionado de modo eficiente, sin incrementar su plantilla
ni generar déficit, pese a las reducciones presupuestarias de los
últimos años, se ve ahora seriamente amenazado por el Decreto Ley.
“La música en sus múltiples formas y manifestaciones es una
de las artes más cultivadas en la Comunidad Valenciana. Forma parte de
su cultura y es una de las artes que más le identifica como pueblo”.
Así lo dice la Ley Valenciana de la Música, y con este espíritu, y por
unanimidad de las Cortes Valencianas, se creó el Instituto Valenciano de
la Música (IVM) que el Decreto Ley de Medidas de Reestructuración del
Sector Público de la Generalitat acaba de suprimir.
La aplicación del Decreto Ley supone la pérdida de identidad del IVM, un drástico y severo recorte presupuestario, así como la continuidad de su personal, que puede verse reducido hasta un 40% de su plantilla,
pese a que en su totalidad ha accedido a sus puestos de trabajo tras
haber superado el correspondiente proceso selectivo. Todo ello pone en
peligro los logros conquistados, así como los servicios prestados a la
sociedad valenciana –con resultados que gozan de amplio prestigio y que
en numerosas ocasiones han trascendido nuestras fronteras–, como los que
se refieren a continuación:
– El apoyo público a la música y a la actividad que desarrollan en el
ámbito de toda la Comunidad Valenciana entidades musicales,
federaciones, ayuntamientos, empresas distribuidoras, productoras
discográficas, profesionales de la música y festivales con reconocimiento internacional como el Iturbi, el Tárrega o el de Habaneras de Torrevieja,
entre otros. Este soporte se puede suprimir y ello supondrá una merma
de la actividad musical; en definitiva, una importante pérdida.
– La continuidad de festivales propios consolidados, como el de música contemporánea ENSEMS, del que se han realizado ya 34 ediciones, o el de Música Antigua y Barroca de Peñíscola
con 17, así como otros certámenes, conmemoraciones y producciones. Con
la desaparición del IVM estos festivales pueden ser inviables.
– El programa de becas, que ha contribuido al
perfeccionamiento de nuestros jóvenes músicos y les ha ofrecido la
opción de ampliar sus estudios en centros nacionales e internacionales,
pueden peligrar seriamente.
– La consolidación del proyecto de formación de la Jove Orquestra de la Generalitat Valenciana,
por el cual han pasado alrededor de 1.200 jóvenes músicos de toda la
Comunidad Valenciana (instrumentistas, directores y compositores) y que
en más de un 60% de los casos ha podido acceder al ámbito profesional.
Además de una plataforma, la JOGV ha contribuido a la recuperación y
grabación de obras de nuestro patrimonio musical, así como al estímulo y
difusión de la tarea creadora de nuestros compositores contemporáneos.
Con la drástica reducción presupuestaria este programa ve comprometido
su futuro.
– La gestión del IVM ha contribuido a situar al Cor de la Generalitat Valenciana
como uno de los más prestigiosos de Europa, con presencia continuada en
los más importantes escenarios del mundo y con una importante labor de
difusión musical dentro y fuera de la Comunidad Valenciana. La andadura
iniciada en 1987 se ha visto consolidada con la incorporación al Palau
de les Arts Reina Sofía en 2005 como coro titular, con el elogio de
todos los maestros con los que ha trabajado. Con la desaparición del
IVM, la proyección nacional e internacional del Cor será más limitada.
– La promoción y el impulso de la actividad creadora de nuestros
compositores y la contribución a la difusión de su obra mantenida como
un firme compromiso del IVM, será difícil de mantener.
– La defensa, conservación y difusión del patrimonio musical valenciano, que se concreta en la creación de una biblioteca especializada en música de la Comunidad Valenciana
cuyos fondos se nutren de donaciones y legados de particulares y de
músicos valencianos de la talla de Vicente Asencio, Matilde Salvador,
Luis Sánchez, Agustín Alamán, Carlos Palacio, Salvador Seguí…, y en
importantes trabajos de investigación, recuperación, catalogación y
difusión de fondos de música tradicional, así como colaboraciones con
otras instituciones como el Real Colegio de Corpus Christi, El Micalet,
el Ateneo Mercantil, etc., pueden verse interrumpidos o gravemente
recortados.
La gestión que los trabajadores del IVM han realizado desde 1999
constituye un valiososervicio público por la música. Es necesario hacer
partícipes a todos los afectados por esta situación: trabajadores,
profesionales y espectadores, pues los recortes en la cultura, en este
caso en la música, suponen un grave deterioro y empobrecimiento para la
sociedad
valenciana.
En definitiva, emplazamos a los responsables de la aplicación del
Decreto Ley a evitar daños irreparables en una de nuestras principales
señas distintivas y a garantizar la continuidad de los frutos cosechados
durante estos catorce años con notable esfuerzo y con la implicación de
numerosos colectivos.
Firman: Los trabajadores del Instituto Valenciano de la Música